67. Soy la dueña de sus noches.

El reloj marca la medianoche cuando cierro la puerta de la habitación y el mundo exterior se apaga con un clic metálico. Aquí dentro solo quedamos nosotros tres, rodeados de un silencio expectante que vibra como un tambor en mi pecho. Damon está sentado en el borde de la cama, camisa entreabierta, m...

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