CAPÍTULO 11

SELENE

La puerta se abrió sin previo aviso, y mis músculos se tensaron. Sin un golpe. Sin vacilación. Solo una intrusión descarada, como si ni siquiera mereciera la cortesía.

Me giré, ya frunciendo el ceño, mientras tres chicas entraron en la habitación como si fueran las dueñas del lugar. El ...

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