CAPÍTULO 21

SELENE

—Vamos adentro —dijo él, con voz baja pero firme, como si estuviera ofreciendo un vaso de agua.

—No —respondí, cruzando los brazos con fuerza alrededor de mí misma—.

Necesito aire fresco.

Él me miró como si me hubiera salido una segunda cabeza.

—¿Aire fresco? —repitió, secamente—.

¿...

Inicia sesión y continúa leyendo