CAPÍTULO 37

DARIUS

Me escabullí por donde había venido, el aire nocturno envolviéndome como una segunda piel. Con los músculos tensos, salté—planeando de un tejado al siguiente, la ciudad se volvía un borrón debajo de mí. Cada aterrizaje era silencioso, calculado, el tipo de movimiento que separa al depred...

Inicia sesión y continúa leyendo