CAPÍTULO 40

SELENE

—¿Cuánto tiempo has—?— tartamudeo, mi voz se quiebra bajo el peso de la vergüenza.

—Me llamaste— dice él, bajo, controlado, pero con ese toque de peligro que pone todos mis nervios en llamas.

—Claro que no— respondo, tragando con dificultad, aunque mi pulso acelerado me delata.

Paso a...

Inicia sesión y continúa leyendo