CAPÍTULO 52

DARIUS

El salón se desplegaba ante mí como un mapa de cada pecado en el que me había deleitado. Cortinas de terciopelo pesadas con polvo. Oro que no era realmente oro. Mármol pulido tantas veces que brillaba como hueso.

Me moví entre la multitud a un ritmo pausado,

Y al fondo — los asientos q...

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