CAPÍTULO 63

DARIUS

Su pulso latía contra su cuello—rápido, errático, salvaje.

Bien.

Finalmente.

Estaba prestando atención.

Me quedé allí, con los hombros cuadrados, la furia recorriendo cada centímetro de mi cuerpo como una corriente viva.

La habitación a nuestro alrededor se desvaneció—las paredes, l...

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