Capítulo 33

Sus labios eran suaves, como seda, y acolchados contra los suyos. Podía sentir el suave cosquilleo de su aliento bajo su nariz, sus dedos deslizándose por su cabello mientras se respiraban mutuamente.

El calor floreció en el pecho de Lori, chispas encendiéndose cuando Gabriel se acercó más, sus la...

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