Confesión

Joel permanecía sentado en la bodega, con esa serenidad falsa y un deseo irrevocable de quemar todo a su paso. Su mirada estaba fija en Elena, pero no como antes, no con la posesión que solía sentir; ahora había algo distinto, un vacío que lo desgarraba por dentro.

Cada respiración parecía más dif...

Inicia sesión y continúa leyendo