34

Capítulo 34

Al día siguiente, como siempre, nos despertamos cerca de las diez. Doña Rosa, con su cariño de madre sin título, nos preparó huevos revueltos que olían a hogar. Era su manera de decirnos que le importábamos.

Ximena se había quedado con nosotras porque su departamento tenía una fuga. La...

Inicia sesión y continúa leyendo