Capítulo 58

Sienna no lo había pensado antes, pero después de un momento, asintió.

—Sí, tienes razón. Una vez que todo esto termine, enviaré a los niños al extranjero.

—¡Ni hablar!

Aunque intentaba reprimir su ira, Alexander seguía enfurecido.

Le agarró la muñeca a Sienna con fuerza, casi rompiéndosela.

—A...

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