Capítulo 124

Era extraño ver a Alexander de nuevo en su silla de ruedas con su máscara firmemente asegurada en la mitad de su rostro. Se veía feroz e incuestionable. Y eso era exactamente lo que queríamos.

—Te das cuenta de que vienes con nosotros, ¿verdad? —preguntó con tono tajante.

Mis ojos casi se salieron...

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