Capítulo 158

Samantha estaba sin palabras. Su ritmo cardíaco se había acelerado tanto que podía escuchar la sangre fluyendo en sus oídos. No había duda de que se veía más culpable que nunca. Sus manos comenzaban a sudar bajo la intensa mirada del imponente Alfa que estaba frente a ella.

—¿Samantha? —insistió Li...

Inicia sesión y continúa leyendo