Capítulo 81

Oh Dios mío...

Maldije toda la mala suerte del mundo que, por alguna razón, estaba decidida a encontrarme. Porque, ¿qué demonios estaba haciendo Alexander aquí??

Él no era alguien que viniera al mercado abierto como este. Tenía toda una flota de empleados para hacer todos los recados insignificantes...

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