Capítulo 36

Él

—Su alteza, despierte —gemí al escuchar la voz de mi primer al mando. Me acomodé más en la cama y me quedé boca abajo. Me había dormido casi al amanecer. Cada vez que cerraba los ojos, un par de ojos grises asustados aparecían frente a mí. Ella estaba asustada después de ver mi versión más gran...

Inicia sesión y continúa leyendo