Capítulo 63

—Sí, lo está. Puedo verlo.

Esas palabras me cayeron encima como una lluvia torrencial, haciéndome levantar la mirada y mirarlo. Encontré sus ojos dorados ya fijos en mí. Se me contrajo el rostro y aparté la vista. Estaba señalando indirectamente mi clase de etiqueta. Separé mis manos y las coloqué...

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