CAPÍTULO CIENTO DOCE

ISABELLA

—Háblame, ¿a dónde vamos?

Él suspira, como si esto fuera una gran carga para él. Sí, puede dejarme aquí mismo. Nadie le pidió que viniera a buscarme. Maldita sea, debería haberlo eliminado como mi contacto de emergencia en cuanto salí de su casa.

—Escuchaste lo que dijo el doctor antes de q...

Inicia sesión y continúa leyendo