CAPÍTULO NOVENTA Y DOS

ISABELLA

Han pasado dos días completos, más de cuarenta y ocho horas desde que Melo se fue. El silencio se siente como un castigo. Castigo porque lo vi siendo vulnerable. Tal vez odia que estuviera allí cuando tuvo su pesadilla. Dijo que le gustaba dormir conmigo porque le ayudo a dormir y ni siquie...

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