CAPÍTULO 30

Con una última mirada hacia mí, se dio la vuelta y desapareció en la oscuridad. Era ella. Estaba aquí. Nada tenía sentido. ¿Cómo estaba aquí? ¿Cómo llegó aquí? Tantas preguntas. Tenía que ir tras ella.

—¿Dijiste algo? —preguntó Brayan, sacándome de mis pensamientos.

—No. No, no dije nada —respondí...

Inicia sesión y continúa leyendo