¡El pasadizo secreto!

Eveline pasó otra semana deambulando sola por los pasillos y habitaciones del palacio. Todavía la trataban como a una extraña, como si no perteneciera allí. Eveline se sentía perdida y sola, sin saber cómo encajar en este mundo que le parecía tan distante. Su única escapatoria era merodear por los corredores del palacio, esperando descubrir algún secreto oculto que pudiera ayudarla a entender mejor el lugar.

En una noche lluviosa, con truenos resonando por los grandes salones del palacio, Eveline caminaba sola por otro corredor que había descubierto recientemente. Su corazón latía con fuerza con cada sonido o ruido que escuchaba. A veces, se sentía como una ladrona, buscando algo que robar. Las luces de las antorchas parpadeaban casi apagándose mientras ráfagas de viento entraban por las ventanas. Al mirar hacia adelante, Eveline vio el final del corredor y se dio la vuelta para irse. Fue entonces cuando escuchó el viento aullar detrás de una de las paredes, como si hubiera algún espacio entre ellas. El miedo la instó a irse, pero su curiosidad era más fuerte. Esa parte del castillo parecía abandonada desde hacía mucho tiempo, con telarañas colgando del techo, y tuvo que apartarlas con las manos para pasar. Fue entonces cuando notó un olor familiar proveniente de detrás de la pared. Eveline se acercó con cautela y se dio cuenta de que había un pasaje secreto allí.

Eveline sintió una mezcla de miedo y emoción al descubrir el pasaje secreto. Sabía que se estaba metiendo en algo peligroso, pero su curiosidad era más fuerte. Se preguntaba cuántos otros pasajes secretos y secretos escondía ese castillo.

Con renovado valor, Eveline entró en el pasaje secreto. Siguió el estrecho camino, sintiendo el olor a moho y polvo en su nariz. Podía escuchar el sonido de sus propios pasos resonando en las paredes de piedra. A medida que avanzaba, notó que el pasaje estaba cubierto de gruesas y pegajosas telarañas. Tuvo que apartarlas con las manos e incluso algunas piedras que encontró en el camino.

Finalmente, después de unos minutos, Eveline llegó a una habitación oculta. Miró a su alrededor y vio que había muchas cosas viejas y polvorientas dentro. La tenue luz de las antorchas apenas iluminaba el lugar, dándole a la habitación una apariencia oscura y misteriosa. Eveline sintió un escalofrío recorrer su espalda cuando se dio cuenta de que no estaba sola en la habitación. Había un grupo de hombres lobo rebeldes allí, y la miraban con desconfianza. Podía sentir la tensión en el aire, como si estuviera entrando en un territorio peligroso y desconocido. Eveline sintió un nudo en el estómago cuando se dio cuenta de que estaba en peligro. Quería explicar que no tenía malas intenciones, pero tenía miedo de decir algo que pudiera poner su vida en riesgo. Recordó a su lobo interior y se concentró en su fuerza y coraje, preparándose para cualquier eventualidad.

De repente, uno de los hombres lobo, que estaba en su forma lupina, se acercó rápidamente a Eveline y colocó sus garras en su cuello.

—¿Quién eres y qué haces aquí en esta parte del castillo? —gruñó en su oído.

Eveline se quedó paralizada, sintiendo las garras del hombre lobo presionando contra su garganta. Sabía que cualquier movimiento brusco podría ser fatal.

—Mi nombre es Eveline Shadowbrook. No soy una amenaza. Dependiendo de lo que estén haciendo aquí, puedo ayudar —dijo Eveline con firmeza, tratando de mantenerse calmada y no mostrar miedo.

La habitación permaneció en silencio, todos mirando a Eveline con curiosidad, mientras otro hombre lobo, mucho más grande, con pelaje plateado que le daba un aspecto noble, se acercó a ella, sus ojos amarillos clavados en los de ella.

—¿Cómo puede una mujer rechazada ayudarnos? ¡Arráncale la cabeza! —dijo el hombre lobo, señalando al otro.

Eveline sintió la ira crecer dentro de ella. ¿Cómo se atrevían a subestimarla? No era solo una mujer rechazada, era una mujer lobo fuerte y valiente, lista para luchar por lo que creía. Aprovechando una distracción del hombre lobo que la sostenía, dejó que su lobo Arya tomara el control de su cuerpo. En un salto majestuoso, Eveline saltó sobre el hombre lobo que la sujetaba y se posicionó detrás de él, atacándolo ferozmente. Todos en la habitación se sorprendieron por la agilidad y fuerza de Eveline. En pocos minutos, tenía al hombre lobo a sus pies, desafiando al resto.

—¿Alguien más quiere enfrentarse a mí? —gruñó Eveline, sus ojos brillando con ira. Estaba lista para luchar hasta el final si era necesario, decidida a demostrar su coraje y lealtad. La habitación quedó en silencio por un momento mientras los hombres lobo la miraban con admiración y respeto. Eveline sabía que había ganado la batalla, pero aún quedaba mucho por hacer para ganarse la confianza de los rebeldes y convertirse en parte de su grupo.

Después de unos minutos tensos, Eveline logró convencer a los hombres lobo rebeldes de que no era una espía del rey. El hombre lobo de pelaje plateado aún parecía muy incómodo con la presencia de Eveline y decidió mantenerse a distancia, pero los otros hombres lobo la invitaron a unirse a ellos en secreto, explicándole el verdadero propósito del grupo. Eveline finalmente se sintió en casa, y decidió entrenar duro para fortalecer sus habilidades y ganarse el respeto de los rebeldes.

Eveline sabía que se estaba metiendo en algo peligroso, pero también sabía que era exactamente lo que necesitaba para marcar la diferencia en el mundo. Estaba decidida a luchar contra la opresión del rey y ayudar a los necesitados. Con la fuerza y el coraje de su lobo interior, estaba lista para enfrentar cualquier desafío que se le presentara.

Eveline entrenó duro para fortalecer sus habilidades y ganarse el respeto de todos los que aún desconfiaban de ella. Los dos hombres lobo que la enfrentaron se retiraron, y Eveline no los había visto desde entonces. Se sorprendió de lo rápido que se adaptó a su nueva vida rebelde. Ahora tenía un propósito mayor, y eso le daba una nueva fuerza y determinación.

Mientras tanto, Eveline también llamó la atención no solo de aquellos que deseaban preservar su estatus noble, sino también del príncipe que conspiraba en secreto para recuperar el trono. Sabía que debía ser cuidadosa, pero también sabía que su lobo interior estaba a su lado, guiando sus pasos y protegiéndola.

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