Capítulo 34

Para cuando regresé a mi habitación, estaba sin aliento. Mis ojos estaban rojos y luchaba por no llorar.

Mi estómago se contrajo y corrí al baño para vomitar. Instantáneamente me sentí mejor.

Me levanté y me lavé la cara y la boca.

Maldito enfermo.

Nunca me había sentido tan disgustada en mi vi...

Inicia sesión y continúa leyendo