Capítulo 315 El visitante no es amigable

Un fuerte estruendo resonó detrás de él. Los labios de Joseph se curvaron en una sonrisa mientras comenzaba a girarse, pero un escalofrío repentino lo detuvo en seco. Al siguiente segundo, una mano se posó sobre su hombro.

—¡Tío Joseph, sí que sabes cómo hacer una entrada!

A pesar de estar alerta,...

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