Capítulo 32 32

—¿Por qué llorabas? —me pregunta.

—No lo sé —le contesto con franqueza.

Todo el incidente me ha tomado desprevenida, la verdad. No había ninguna razón para que me pusiera a llorar delante de él. Me siento bastante estúpida.

—Sí, sí que lo sabes. Dímelo.

Pienso en qué debo decir mientras cl...

Inicia sesión y continúa leyendo