57

DIANA

Me quedé dormida, aunque mi mente seguía inquieta. No tuve ningún otro sueño extraño. No podía sacudirme el sueño; sentía que algo iba a pasar, y no sabía qué.

Cuando desperté por la mañana, aún no estaba bien descansada; no había dormido bien. El día tenía que continuar de todos modos, no p...

Inicia sesión y continúa leyendo