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Loras abrió la puerta y se encontró con el rostro enfurecido de Celeste. Ella no parecía demasiado sorprendida de verlo.

Él soltó un gemido de frustración.

—¿Qué haces aquí, Celeste? Pensé que habías decidido darme un respiro —preguntó, visiblemente molesto de verla.

Celeste puso los ojos en blan...

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