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DIANA

Mi corazón comenzó a acelerarse. Quería detener el coche, quería decirles que esperaran, no podían irse ahora, no con lo que iba a suceder.

Abrí la boca y grité —¡Deténganse!—. No parecía que nadie me escuchara mientras la versión más joven de mí jugaba en mi iPad, antes de que alguien entra...

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