Capítulo 104

El teléfono sonando me despierta de golpe. Me froto los ojos y lo alcanzo, encendiendo la lámpara de la mesita de noche antes de contestar.

—¿Hola?

Una voz profunda y familiar se escucha a través de la línea.

—Bien, estás despierta. ¿Dónde están mis pijamas?

Me quedo congelada por un segundo. ¿E...

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