LA PIEDRA QUE RESPIRABA

La noche no terminó para Toma. Se hizo pedazos.

Cayó al suelo con fuerza, los pulmones ardiendo, la visión fracturada por destellos blancos. El sabor a hierro llenaba su boca. Por un momento, no pudo discernir si el latido que resonaba en sus oídos era el suyo propio o el de algo más.

El mundo est...

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