La amargura de Raziya

Las piernas de Raziya amenazaban con tambalearse, pero se obligó a no hacerlo, ya no quería parecer débil frente a él. Estaba cansada de ser débil.

Mantuvo la mirada y ignoró sus palabras.

—Hice una pregunta, Raziya —dijo con brusquedad, su aliento golpeando sus mejillas.

—¿Serás mi sirvienta o n...

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