Una presencia no deseada

Sara se rió de la cara desconcertada de Raziya y dijo —Es solo que quiero que seas mi amiga.

—¿Solo eso?— preguntó Raziya, mirándola con escepticismo. Sara asintió nerviosamente.

—Seré tu amiga. Ya te considero una amiga desde que ayudaste a salvar mi vida. Solo una amiga puede hacer eso, ¿verdad?...

Inicia sesión y continúa leyendo