La dama indignada

Raziya se sentía incómoda, temblando —su cabeza golpeando contra una superficie y sus piernas tambaleándose. Había estado disfrutando de su sueño y no entendía por qué alguien querría molestarla con esos movimientos indeseados. ¿Quién era?

Con los ojos cerrados, intentó ignorarlo, pero nada cambió ...

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