Capítulo 62

¡Bang! Golpeé mi mano contra el escritorio de madera frente a mí, mis emociones desbordándose.

—¡Mierda, soy un idiota!— Pasé una mano por mi cabello, caminando de un lado a otro sobre la alfombra gris y desgastada. ¡Qué irónico, pensé para mí mismo. ¡Eso coincide perfectamente con mi estado de áni...

Inicia sesión y continúa leyendo