Capítulo 35

David ya se acercaba con los guardaespaldas, y el rostro de Emily se puso pálido mientras retrocedía tambaleándose. —¡No hice nada malo! ¿Por qué debería estar encerrada? ¿Qué derecho tienes para hacer esto?

El rostro de Aiden se oscureció; nadie había osado cuestionar sus decisiones antes.

Los la...

Inicia sesión y continúa leyendo