155

Sabía que algo estaba mal en el momento en que recogí el papel.

La tinta olía fresca. Demasiado fresca. Había peso en las páginas, apenas perceptible, pero suficiente para levantar una bandera en mi interior. Así que desdoblé los pliegues con dedos cuidadosos. Y ahí estaba.

Una nota. Doblada dos v...

Inicia sesión y continúa leyendo