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La perspectiva de Eira

No tenía más de diecisiete años.

La encontraron agachada debajo de las raíces retorcidas de un viejo olmo, con las rodillas ensangrentadas y las uñas rotas, los ojos abiertos pero completamente vacíos. No habló cuando la llevaron adentro, solo miraba al frente como si su alm...

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