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Me besó como si el mundo estuviera acabándose.

Y tal vez lo estaba, solo un poco, lo suficiente para hacer que las paredes se desdibujaran y el silencio entre nosotros se volviera delgado y frágil.

Pero no lo detuve.

No esta vez.

Su boca se encontró con la mía de una manera que se sentía áspera ...

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