35

Estaba ahogándome. No en agua, sino en recuerdos que me desgarraban cada vez que cerraba los ojos. Incluso en el sueño, podía sentir el peso presionando, como hundiéndome en un abismo frío sin superficie para romper. La pesadilla nunca terminaba. No era solo la forma en que la boda se desmoronó, tod...

Inicia sesión y continúa leyendo