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El fuego en la chimenea rugía, proyectando sombras como demonios en las paredes de piedra. Mis manos estaban manchadas de sangre vieja, y aún sabía que lo peor estaba por venir.

Esto era guerra. Y estaba cansado de esperar.

Me paré en la cabecera de la larga mesa de roble, mis dedos apretados sobr...

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