PREPARÁNDOSE PARA LA HOGUERA

Al entrar en la casa de la manada, un movimiento borroso capta mi atención. Entrecierro los ojos para ver mejor y veo a Mia corriendo hacia nosotros, con sus coletas rebotando a cada paso. Al acercarse, se detiene en seco, jadeando por aire.

—¡Alivia! —resopla, sus ojos moviéndose entre Jess y yo—....

Inicia sesión y continúa leyendo