Capítulo 75.

Me desperté sintiendo unas manos suavemente envueltas alrededor de mi espalda, mis manos descansaban sobre un pecho desnudo y duro como una roca. —Buenos días, hermosa— dijo Jay con una voz ronca y grave que hizo cosas a mi cuerpo. Lo miré a través de mis espesas pestañas y mordí mi labio inferior t...

Inicia sesión y continúa leyendo