Capítulo 41

En el silencio, Gloria casi podía escuchar los latidos rápidos de su propio corazón.

Contuvo la respiración, bajando la cabeza para evitar la mirada intensa de Sebastián. —Entendido, señor Windsor. Volveré al trabajo ahora.

Con eso, se apresuró a pasar junto a Sebastián y se fue sin mirar atrás.

...

Inicia sesión y continúa leyendo