Capítulo 412

Sebastián miraba el rostro dormido de Gloria, su mente acelerada.

Cuando volvió a la realidad, sus labios estaban a solo centímetros de distancia.

Si se acercaba un poco más, podría besarla.

Sus ojos se oscurecieron al recordar sus pocos encuentros de hace tres años.

—Vincent...

Los suaves labi...

Inicia sesión y continúa leyendo