Capítulo 80

Hace diez minutos, Sebastián regresó del juzgado y, como de costumbre, echó un vistazo a la cocina. Pero Gloria no estaba por ningún lado.

Se sentó en la sala un rato, aún sin señales de Gloria.

Finalmente, Lila, con una expresión culpable, se acercó y le dijo que había enviado a Gloria a comprar ...

Inicia sesión y continúa leyendo