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Leandro irrumpió en la habitación de su madre, completamente enfurecido. Su rostro estaba rojo de ira, y sus ojos brillaban con una rabia apenas contenida.

— Madre, ¿de verdad te vas a quedar de brazos cruzados y permitirás que Sung-Hoon continúe la presidencia de la compañía como si nada?

Margari...

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