Capítulo 207

Después de que la abofeteé, Ava no lloró. En cambio, sus grandes ojos me miraron con tal odio que prácticamente podía sentir su deseo de destrozarme miembro por miembro.

Su grotesca expresión, combinada con su rebelde cabello teñido de múltiples colores—mechones azul eléctrico, rosa intenso y verde...

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