NUNCA INSULTES A UNA MUJER

—¡Hijo de puta!

Dentro de la mansión de la familia principal de los Lumière, una voz ronca y familiar se escuchó de repente a través de los altavoces ocultos instalados en cada rincón del lugar.

—¿No era esa la voz de Reid?

—Es Reid.

—¿Su fantasma vino aquí a vengarse porque murió de una manera ...

Inicia sesión y continúa leyendo