Montones de estiércol

El descanso de Nina se interrumpió casi tan pronto como comenzó. Un fuerte claxon la sacó de su sueño, haciéndola caer de su cama de forraje y golpearse contra el suelo con un ruido sordo.

—¡Reúnanse, campesinos! —llamó una voz fuerte. Y otro fuerte toque de claxon sonó de nuevo.

—¡Su tiempo de ut...

Inicia sesión y continúa leyendo