Capítulo setenta y cinco

Adrik

Podía decir por la expresión en el rostro de Sephie que mis ojos se habían oscurecido en respuesta a ver los suyos volverse oscuros. —Empiezo a entender por qué te cuesta tanto controlarte, incluso más de lo habitual, cuando mis ojos se oscurecen. Sorprendentemente, es muy excitante —dijo, ...

Inicia sesión y continúa leyendo