Capítulo 125

Hay guardias por todas partes aquí. Ya casi me han atrapado dos veces. No puedo volver otra vez —dijo el pícaro por teléfono.

La mano de Kenneth se apretó alrededor del teléfono hasta que sus nudillos se pusieron blancos. La furia creció dentro de su pecho. Había estado enviando pícaros a la mansió...

Inicia sesión y continúa leyendo