Capítulo 86

Las manecillas del reloj avanzaban muy lentamente. No dormí, me quedé despierto contando cada segundo.

Seguía avanzando, cada segundo se sentía como una hora.

Cinco... cuatro... tres... dos... uno.

Medianoche.

Caminé hacia los barrotes, había una cámara justo frente a mi celda. Había una en cada cel...

Inicia sesión y continúa leyendo